martes, 29 de julio de 2014

La Biblia Hablada .:::. Proverbios

Proverbios

Capítulo 23

23:1 Cuando te sientes a comer con algún señor, 
Considera bien lo que está delante de ti, 
23:2 Y pon cuchillo a tu garganta, 
Si tienes gran apetito. 
23:3 No codicies sus manjares delicados, 
Porque es pan engañoso. 
23:4 No te afanes por hacerte rico; 
Sé prudente, y desiste. 
23:5 ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? 
Porque se harán alas 
Como alas de águila, y volarán al cielo. 
23:6 No comas pan con el avaro, 
Ni codicies sus manjares; 
23:7 Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. 
Come y bebe, te dirá; 
Mas su corazón no está contigo. 
23:8 Vomitarás la parte que comiste, 
Y perderás tus suaves palabras. 
23:9 No hables a oídos del necio, 
Porque menospreciará la prudencia de tus razones. 
23:10 No traspases el lindero antiguo, 
Ni entres en la heredad de los huérfanos; 
23:11 Porque el defensor de ellos es el Fuerte, 
El cual juzgará la causa de ellos contra ti. 
23:12 Aplica tu corazón a la enseñanza, 
Y tus oídos a las palabras de sabiduría. 
23:13 No rehúses corregir al muchacho; 
Porque si lo castigas con vara, no morirá. 
23:14 Lo castigarás con vara, 
Y librarás su alma del Seol. 
23:15 Hijo mío, si tu corazón fuere sabio, 
También a mí se me alegrará el corazón; 
23:16 Mis entrañas también se alegrarán
Cuando tus labios hablaren cosas rectas. 
23:17 No tenga tu corazón envidia de los pecadores, 
Antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo; 
23:18 Porque ciertamente hay fin, 
Y tu esperanza no será cortada. 
23:19 Oye, hijo mío, y sé sabio, 
Y endereza tu corazón al camino. 
23:20 No estés con los bebedores de vino, 
Ni con los comedores de carne; 
23:21 Porque el bebedor y el comilón empobrecerán, 
Y el sueño hará vestir vestidos rotos. 
23:22 Oye a tu padre, a aquel que te engendró; 
Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies. 
23:23 Compra la verdad, y no la vendas; 
La sabiduría, la enseñanza y la inteligencia. 
23:24 Mucho se alegrará el padre del justo, 
Y el que engendra sabio se gozará con él. 
23:25 Alégrense tu padre y tu madre, 
Y gócese la que te dio a luz. 
23:26 Dame, hijo mío, tu corazón, 
Y miren tus ojos por mis caminos. 
23:27 Porque abismo profundo es la ramera, 
Y pozo angosto la extraña. 
23:28 También ella, como robador, acecha, 
Y multiplica entre los hombres los prevaricadores. 
23:29 ¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién lasrencillas? 
¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? 
¿Para quién lo amoratado de los ojos? 
23:30 Para los que se detienen mucho en el vino, 
Para los que van buscando la mistura. 
23:31 No mires al vino cuando rojea, 
Cuando resplandece su color en la copa. 
Se entra suavemente; 
23:32 Mas al fin como serpiente morderá, 
Y como áspid dará dolor. 
23:33 Tus ojos mirarán cosas extrañas, 
Y tu corazón hablará perversidades. 
23:34 Serás como el que yace en medio del mar, 
O como el que está en la punta de un mastelero. 
23:35 Y dirás: Me hirieron, mas no me dolió; 
Me azotaron, mas no lo sentí; 
Cuando despertare, aún lo volveré a buscar.

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